11 julio 2013

Sobre el denominado monocultivo de soja en Argentina - Análisis de superficies

Respecto del llamado monocultivo de soja, es preferible hablar de un desbalance de superficies para reflejar mejor la situación actual. Corresponde hablar de monocultivo para describir, por ejemplo, la situación vivida en ciertos sectores del sudoeste del Chaco, donde en las parcelas limpias se hicieron 35-40 ciclos consecutivos de algodón, hasta mediados de los ’90, aproximadamente. Monocultivo es también un término de uso apropiado para casos específicos (hay productores cercanos a Rosario, por ejemplo, que ya han cumplido más de 30 ciclos de soja consecutivos sin ninguna alternancia con otros cultivos). Pero a nivel global, la situación ha estado mejorando algo y posiblemente continúe haciéndolo. Aumenta el área con soja, pero aumentan también los otros cultivos, en parte por la mayor intensificación en el uso del suelo.

La superficie con soja es de unas 19 M ha. Debe ser comparada contra la superficie con gramíneas. En maíz para venta pueden estimarse 3 M ha. En maíz para consumo, silaje sobre todo, debe agregarse 1 M ha más (de ese total de 4 M ha podemos estimar que un 90 % se rota con soja en algún momento y si bien los maíces que son silaje no dejan cobertura, al menos dejan una buena masa de raíces). Luego debemos considerar al sorgo en todas sus formas (1,5 M ha sobre suelos que tienen soja en algún momento), a la cebada (700 mil ha de un total de 1,2 M ha), al trigo (no menos 2,5 M ha de un total de 4 M), a verdeos u otros cereales de invierno de menor superficie; todo lo cual suma unas 9 M ha. Si las 19 M ha con soja se alternan con unas 9 M ha con gramíneas, la situación no es la ideal, pero ha mejorado y no tiene posibilidades de desembocar en un problema agudo. Como se deduce, no se está hablando de 19 + 9 = 28 M ha físicas, porque en muchos casos hay doble cultivo. Si son 24 M ha físicas, hay un 35 % con gramíneas, lo que es un dato bastante alentador.



Estos números confirman lo que se ve a campo en casi todas las regiones del país y épocas del año, en referencia a que la cobertura del suelo es bastante buena. Esto no sería factible en una situación de monocultivo de soja. Por otro lado, quien ha debido hacer agricultura desde 2004 ó 2005 hasta hoy en muchas regiones, ha podido comprobar que las rotaciones también ayudan mucho en la conservación del agua en el suelo, incluyendo la humedad superficial necesaria para sembrar en los tiempos prescriptos, situación que muchas veces no se ha dado en casos de soja sobre soja, puesto que desde hace varios años venimos teniendo un comportamiento errático de las lluvias en las épocas de siembra de los cultivos.

De modo que la situación casi se equilibraría, en cuanto a rotaciones, con una sustitución no muy dramática, de unas 2 M ha de soja. Sería esencial un incremento de al menos un 50-75 % en la cantidad global de fertilizante en los grandes cultivos, siempre que haya una mejora en el proceso de inoculación de las leguminosas, soja y alfalfa sobre todo (contamos con 5 M ha con alfalfa, que se renuevan cada 3 ó 4 años en promedio), más un mayor uso de los inoculantes biológicos en gramíneas (si bien estos últimos impactan más en la productividad del cultivo en cuestión que en el residuo de tal cultivo). Llevada esta corrección a régimen en base a estas pautas, luego quedaría controlar que el aumento del área de cultivos mantuviera las proporciones y la calidad del proceso, alcanzando 40 M ha globales, o más inclusive.
Ing. Agr. Luis Villa
@LuisVilla2805

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