05 agosto 2015

Escribí esto sobre el hambre hace 13 años




Escribí esto sobre el hambre y la desnutrición en enero de 2002, entre el inicio del corralito, el 3 de diciembre de 2001, y el inicio del corralón, el 2 de febrero de 2002.

Cuando nombro al Grupo Sophia y sus iniciativas equivocadas, estoy refiriéndome a Horacio Rodríguez Larreta y lo que luego fue El hambre más urgente, una iniciativa de muy mala calidad.

Cuando hablo de la representante del Banco Mundial, me refiero a Myrna Alexander, sobre la que volveré en un próximo escrito.

Hay también una referencia al Indec de entonces, que sobreestimaba ciertos costos, a diferencia del Indec actual.

Las referencias a la soja se deben al disparatado plan de Chiche Duhalde y Chichí Doga (Chiche y Chichí).

Citándome, Adrián Paenza (a quien conozco desde hace casi 30 años) leyó los datos principales en tv abierta un domingo de ese verano tan duro. Era la época en que, aún con limitaciones, los problemas se podían analizar, sin fanatismos.

El Economista publicó mi trabajo completo en septiembre de 2002.

En un próximo escrito, mis reflexiones y comentarios. Lo que sigue, textual el escrito de entonces.


 
EL HAMBRE EN LA ARGENTINA – SOLUCIONES
ALGUNOS DATOS IMPORTANTES
·         si tomamos datos del año pasado, cuando ya la pobreza y la indigencia eran muy significativas, consumíamos más de 200 litros de lácteos / persona / año (BRASIL 110; AMÉRICA LATINA 90; CHINA 7). La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que 150-160 son un valor satisfactorio (los casi 210 litros son un promedio, lamentablemente hay muchos chicos en la Argentina que no toman leche). Asimismo, consumíamos más de 65 Kg. de carne bovina -segundos en el mundo, después de URUGUAY-; más de 20 litros de aceite y bastante más de 50 Kg. de harina.

·         siendo productores, consumimos menos de 6 Kg. de arroz / persona / año (BRASIL + de 45; CHINA + de 90). El gasto en arroz no alcanza al 3 % del total de la canasta de alimentos y bebidas.

·         siendo uno de los pocos productores en el mundo, consumimos menos de 0,5 Kg. de poroto negro (BRASIL y MÉJICO + de 15). Asimismo, nuestro consumo de legumbres en general es mucho más bajo que el de la mayoría de los países con desarrollo intermedio.

·         gastamos más dinero en chocolates y chicles que en arroz.

·         aunque declinante, tenemos un nivel educativo que aún es aceptable.

·         aún con problemas importantes, la vivienda y la salud así como los servicios esenciales son significativamente superiores a los de los países más pobres del planeta.

·         un 15-20 % de nuestra población sufre graves problemas para obtener agua segura.




PRODUCCIÓN DE ARROZ EN NUESTRO PAÍS
En los últimos 3 ó 4 años de convertibilidad, los arroceros atravesaron una situación de total colapso. Las relaciones insumo-producto empeoraron 4-6 veces, y aún más. Sobre el final de la convertibilidad se necesitaba 4 veces más arroz que una década atrás para comprar un insumo básico como es el gasoil. Para inicios de la campaña 2001-2002 se necesitaban 500 kilos de arroz para comprar 100 litros de gasoil. Hoy se está produciendo menos de la mitad del volumen de hace 4-5 años.

Con el nuevo escenario de devaluación, retenciones y aumentos de insumos; la relación mejoró algo, aunque continúa muy lejos de la relación histórica.


LA FAMOSA CUENTA DEL ARROZ
Los argentinos consumimos tan sólo unos 6 Kg. de arroz por persona y por año, como ya se dijo. Solucionando los problemas de rentabilidad, lo cual es posible quitando presión impositiva al gasoil con destino a bombeo de riego en arroceras, -entre otras medidas no menos importantes- se podría y se debería duplicar el volumen producido. Esto permitiría que la franja más vulnerable de nuestra población pueda consumir unos 35-50 Kg. de arroz por persona y por año -según la cantidad de personas beneficiadas; 35 Kg. si son 14 millones de personas y 50 Kg. si son 10 millones-. ¿El costo? Sólo u$s 60 millones para el sector primario y otra cifra similar para la industria y los costos de distribución. Tan solo u$s 120 millones. Esta simple cuenta confirma la abundancia de posibilidades de nuestro querido país -y la incompetencia de nuestros dirigentes-


En nuestro país, mejorar la calidad de la ingesta de los 10 millones más pobres, y además elevarla a 2700 calorías (*) no sólo es un acto de estricta justicia sino que además seguramente elevará el ingreso y la generación de riqueza genuina. Se puede estimar un costo anual de $ 800-1.000 millones -$ pesos; no dólares- vale decir $ 80-100 / persona / año.

[(*) de ese total de 10 millones unos 5-6 millones son indigentes. Los otros están mal nutridos, pero con un exceso de calorías, superando las 2700 calorías que se recomiendan, por exceso de consumos de derivados de la harina de trigo. La ARGENTINA es un país con muchos desnutridos obesos. --------------------------------------------------------------------------]




ÚLTIMAS CONSIDERACIONES DE DIAGNÓSTICO
No pueden dejar de mencionarse los datos de la última encuesta del INDEC. Es absurdo suponer que se necesitan $ 86 / persona / mes para alimentarse; cuando en el interior del país son necesarias cifras mucho menores. De hecho, con ese dinero se pueden comprar 100 Kg. de arroz y cubrir un tercio o más de las necesidades alimentarias de todo un año de adultos y ancianos sanos, así como de adolescentes no deportistas. Es urgente revisar los criterios que emplea el Instituto, dado que la sobrevaloración de un problema no contribuye a su solución. En línea con esta crítica se ubican los comentarios de la representante del BANCO MUNDIAL en el país.

Existen otras ideas que no son prioritarias o directamente equivocadas. Es el caso por ejemplo del Grupo Sophia y de la Fundación Creer y Crecer; quienes propugnan un programa con la construcción de costosísimos "centros de atención". Es evidente que no es la prioridad para un país que cuenta con 23.000 comedores escolares, más de 1.200 comedores de ONG's y un número no determinado pero importante de comedores privados, a los que se le pueden agregar las 700 cocinas de campaña del Ejército a las que alude con frecuencia Ricardo López Murphy.




LO QUE SE DEBE HACER
Debemos enfocarnos en mejorar el acceso de agua potable del 18-20 % de la población que sufre estos problemas y en brindarles rápida y eficaz instrucción, antes que en construcciones e inversiones en infraestructura centralizadas.

Lo que sigue son consideraciones sobre lo que debería hacerse en nuestro país, en función de las urgentes necesidades de nuestra población más pobre, generando además riqueza genuina para distintas producciones agropecuarias.

1.      Respetando la pirámide nutricional, debemos duplicar el consumo de arroz; expresado esto como promedio nacional. En la franja más pobre, por ej. 10 millones de personas, esto supone elevar varias veces el consumo, llevándolo a 50 Kg. por ejemplo. Ese sector debe disminuir su consumo de harinas y derivados. Este elevado consumo es el que explica que nuestra población pobre es mal nutrida y obesa simultáneamente.

2.      Distribuir anualmente el equivalente a 500-750 millones de litros de leche líquida, en la forma de leche en polvo. Esto supone hacer una distribución de unas 75-100 mil toneladas de leche en polvo, cada año. Costo? A 1.300 dólares por tonelada, son tan sólo unos u$s 100 millones -cifra similar a la anterior del arroz-. Este monto de leche comprada por el Estado cambiaría muchísmo la ecuación oferta – demanda de lácteos.

3.      Distribuir poroto negro y otras legumbres, que hoy enfrentan problemas de mercados, de cupos, y de aranceles. Elevar nuestro bajísimo consumo de legumbres, llevándolo a al menos unos 8-10 kilos.

4.      Distribuir algo de dinero extra, por la vía del uso de tarjetas magnéticas tal como se hace en BRASIL y como aquí lo propugna muy inteligentemente la recientemente creada AEA. Con esto se pueden comprar los lácteos perecederos y carne.

5.      Después de haber hecho todo lo anterior, incorporar la soja, tanto el poroto como los productos elaborados; o hacerlo como disparador hasta ajustar todo lo anterior.

No olvidar que la soja tiene un área sembrada de unos 10 millones de hectáreas. No sufre serios problemas de mercados, si bien los tiene. El arroz, en cambio, ocupa sólo 160 mil, es decir el 1,6 % del área de soja. Con la política aquí descripta se logra un magnífico impacto regional, se regresa al área sembrada con arroz de 1997/1998 y se resuelve el alimento base -no puede haber una alimentación en base a soja, sí en base a arroz-.

Al comprar el Estado esos 500-750 millones de litros de leche no sólo resolvemos nutricionalmente las demandas de nuestra masa carenciada, sino que damos un gran paso para resolver el problema de los excedentes lácteos.

Finalmente, con el aporte de legumbres, resolvemos los serios problemas del poroto negro del NOA y brindamos un excelente aporte proteico.


Las soluciones existen. Dadas las enormes potencialidades de nuestro país, las estrategias alimentarias inteligentes resuelven 2 problemas en simultáneo.

Respecto de los métodos de distribución, lo que se debe hacer es distribuir dinero con una tarjeta del tipo "Bolsa Escola" del Gobierno Federal de Brasil. Esto en base a un depurado e inteligente padrón que deberá hacerse en tiempo récord, aprovechando nuestros recursos en IT -information technology-, los voluntariados y la información que pueda extraerse del último censo.

Con todo esto lograremos muy rápidamente elevar la ingesta actual, que se ubicaría en 2.300 calorías por persona y por día, y elevarla a los valores recomendados, 2.700. Lo mismo lograremos hacer con la ingesta de proteínas, increíblemente deficitaria en la ARGENTINA de hoy.