Comentarios propios a partir de algunos
párrafos del artículo “Carne sin vacas” (1ª parte)
El artículo puede leerse en:
El
contexto
El conjunto de todas las producciones
ganaderas del mundo ocupa un 25 % de la superficie terrestre libre de hielos
permanentes, unas 3.400 millones de hectáreas (M ha), y consume además aproximadamente
el 50 % de los granos producidos (fundamentalmente destinados a producir leche
y carnes bovina, porcina y aviar).
Como contrapartida, la ganadería brinda sustento a más de 1.000 M
de personas. En el mundo, la ganadería
es proveedora de fuerza de tracción, leche, lana, carne, grasa, cuero y estiércol.
Este último se utiliza como
fertilizante, material para la construcción de viviendas y fuente de calor.
Aproximadamente un 40 % del ganado del mundo cumple un rol social clave.
La ganadería en su conjunto, todas
las producciones excepto la acuícola, representa el 40 % del producto bruto
agrícola mundial, lo que configura una gran contribución a la seguridad
alimentaria y nutricional (SAN).
A lo largo de los últimos 30 años, la
ganadería viene siendo sujeto de críticas crecientes, varias de ellas no
fundamentadas adecuadamente o ni siquiera fundamentadas.
Se la acusa de ser un factor importante
en los cambios en la composición de la atmósfera y en el aumento de la
temperatura del aire, de emplear excesivas cantidades de agua y de incidir en
la producción de lluvia ácida. También se la responsabiliza en muchos casos por
la degradación de humedales y la eutrofización de cursos o espejos de agua, por
causar compactación de suelos, impedir la recarga normal de acuíferos y/o
contaminarlos y provocar pérdidas de biodiversidad.
En fecha reciente se han publicado
trabajos que consideran a la agricultura en general y a la ganadería en
particular como uno de las principales fuentes de generación de material
particulado secundario, que afecta a la calidad del aire que respiramos (1).
En nuestro país la percepción
generalizada de la actividad ganadera no es mala respecto de su impacto en el
ambiente, si bien las organizaciones ecologistas más importantes consideran que
el avance de la frontera agropecuaria es uno de los 2 principales problemas ambientales
del país, y que se debe no sólo a la agricultura sino en parte a la ganadería
(el otro sería el Cambio climático).
Por otro lado, en el exterior hay
señalamientos e imputaciones muy serias respecto de “la ganadería
sudamericana”.
Este escrito es apenas un muy somero
análisis sobre esas situaciones, tanto las objetivas como las percepciones de
nuestros clientes actuales y potenciales y de grupos u organizaciones con
opiniones de peso, tanto nacionales como del exterior.
También intenta presentar elementos
que deberían necesariamente incorporarse a una estrategia nacional de
desarrollo ganadero, como por ejemplo los argumentos principales del manejo de
objeciones.
Por huella de carbono se entiende habitualmente al saldo de carbono
liberado por una determinada actividad, producción, región o empresa, bien sea
expresado por unidad de tiempo, bien sea expresado por unidad producida.
El Panel Científico
Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) recopila información
publicada y emite informes periódicos. El informe AR5 WGIII (Fifth Assessment
Report, Working Group III) contiene, como es habitual, un resumen con
recomendaciones para los legisladores, los decisores y formuladores de
políticas (SPM, Summary for Policymakers).
El SPM, de abril de 2014, confirma un pronóstico conocido y alentador para
la ganadería y el agro en general, en términos comparativos.
Muestra como estima la comunidad
científica y técnica la evolución de las emisiones de gases con efecto
invernadero debido a la actividad humana. El informe, como es habitual, agrupa
a las emisiones no naturales en 1) las emisiones por la generación de
electricidad y calor, 2) las de la agricultura, 3) las que generan las
viviendas, 4) las que generan todas las formas de uso de energía no incluidas
en otro apartado, 5) las de la actividad industrial y 6) las del transporte.
En las emisiones de la agricultura se
incluyen todas las causas y todos los gases. Vale decir, entre otras, se
consideran las emisiones de CO2 derivadas de la deforestación y del
consumo de la materia orgánica de los suelos con agricultura y con pastizales
pastoreados, las de N2O por el uso de fertilizantes, y las emisiones
de CH4 tanto por parte del ganado rumiante y monogástrico como
durante el manejo de efluentes.
Según este informe, comparando el
2040 con la actualidad (son estimaciones a 2030-2050), van a duplicarse las
emisiones por generación de electricidad y calor, viviendas y transporte; las
emisiones de la agricultura van a disminuir a la mitad (ya han estado
disminuyendo en los últimos 20 años); las que generan las formas de uso de
energía no incluidas en otro apartado van a triplicarse y las de la actividad
industrial van a incrementarse 2,5 veces.
Perderá ponderación la incidencia de
toda la actividad humana en la agricultura, bajando desde el 24 % al 6 ó 7 % del total. Es razonable suponer
que no habrá presiones excesivas hacia la actividad ganadera para que modifique
su impacto en la emisión de gases, más allá de que esa disminución ocurre toda
vez que los rodeos se vuelven más productivos. Además, aún considerando que
toda la degradación de pastizales se debe a la ganadería, ésta es siempre sólo
una fracción del impacto global de la agricultura.
Lo anterior es en
referencia al impacto de las actividades agrícolas en el Cambio climático,
entendiendo al mismo según la definición del IPCC, esto es todo cambio en el
promedio y/o en la dispersión de cualquier variable climática (no sólo la
temperatura del aire), tanto debido a causas naturales como eventualmente a la
acción humana.
Fuentes de emisión por causas humanas.
Ponderación actual y proyectada.
(elaboración propia, en bases a los
datos publicados por el IPCC en sus informes AR5 WGIII SPM y AR5 WGIII Final
draft postplenary Technical summary; ítems en inglés, como figuran en el
informe)
Los últimos 100 M de años han estado dominados por la fotosíntesis. Antes de eso el CO2 atmosférico osciló
mayormente entre las 1.000 y 4.000 ppm, mientras que ahora está presente sólo
en 400 ppm (más allá de que ha aumentado desde el inicio de la Revolución
industrial y el fin de la llamada Mini Era
del Hielo, cuando se encontraba en 280 ppm, a mediados del siglo XIX).
Hace
50 M de años surgieron los rumiantes, y han resultado ser claves en la
evolución y equilibrio del planeta, por su capacidad para degradar la celulosa. Conviene
recordar que actualmente casi la totalidad de los rumiantes del mundo son
especies e individuos domesticados, poco capacitados para la vida libre. La
celulosa es el azúcar estructural más abundante del planeta (85 % del total).
Aún hoy no existe una forma eficiente, diseñada por el hombre, que permita
degradarla.
Como bien cita P J van Soest (por
caso, en sus libros Nutrición de rumiantes y Ecología nutricional de rumiantes),
en 20 años la atmósfera quedaría sin el
CO2 necesario para la fotosíntesis si faltaran los rumiantes para degradar
la celulosa (el O2 se volvería menos abundante).
Este factor clave del equilibrio
planetario es poco conocido y difundido fuera del ámbito académico y es
claramente una externalidad positiva (aunque por sí solo no justifica necesariamente
que contemos con 1.500 M de rumiantes mayores consumiendo y usando tantos
recursos).
Nuestros ancestros homínidos
comenzaron a alimentarse con carne hace 1,5 M de años, aprovechando la carroña
de grandes animales. Hace unos 750 mil años comenzaron a cazar, sin
herramientas, arreando a grandes herbívoros hacia acantilados u otras alturas.
Luego comenzaron a cazar con sus
propias armas, hace unos 250 mil años, tal vez más. Descubrieron el fuego, lo
que volvió a la carne más palatable y digerible.
Todo esto ayudó a la socialización,
al desarrollo del lenguaje e influyó en nuestro desarrollo corporal. La
longitud de nuestro intestino es la mitad de la que exige una dieta únicamente
herbívora. Nuestro cerebro se vio claramente beneficiado.
La ingesta de carne disminuyó con el
desarrollo de la agricultura, llegando a valores mínimos hacia finales de la
era preindustrial, pero luego recuperó e incluso superó los niveles anteriores.
Un individuo es
ovolactopiscivegetariano cuando consume huevos, leche y sus derivados y
pescado, aunque no carnes rojas. En los países
desarrollados, la población ovolactopiscivegetariana ha venido descendiendo y es
aproximadamente un 4 % del total, siendo que había proyecciones que
preveían más de un 7 % para este decenio. La población que ha persistido en esa
dieta por más de 10 años es sólo el 1 %, mientras que el veganismo estricto es sólo el 0,2 %.
Existen sustitutos para la carne,
entre los que hay que considerar a la carne artificial y a las proteínas
vegetales industrializadas de modo de asemejar su forma, cocción y sabor a las
características de la carne verdadera. Es casi imposible que todos esos
sustitutos influyan en la moderación del consumo de carne bovina, porcina y
aviar.
La perspectiva es la contraria, un
incremento poco manejable de la demanda mundial de carnes, que obligue a
considerar restricciones nuevas, vía precios, regulaciones, barreras, etc (en
algunos aspectos, el punto de partida de Vaclav Smil).
Si bien los impactos de la ganadería
están en ciertos casos exageradamente evaluados, debe tenerse en cuenta que la demanda de carnes porcina, aviar y bovina sumadas podría pasar
de las actuales 270 a
unas 470 M
Tn en 2050 y ello sin duda es un valor muy alto.
En esto influye notablemente el gran
avance de la urbanización mundial. Según la ONU, en 1950 había 725 M de
personas viviendo en ciudades (conglomerados mayores a 300.000 habitantes). Esa
cifra ascendió a 3.900 M en 2010 y estaría superando los 6.000 M hacia 2050.
No es factible suponer que la demanda
vaya a morigerarse sólo por aumentos importantes en los precios promedio de la
carne bovina ni de las demás carnes. En varios países desarrollados el gasto
promedio de los hogares dedicado a alimentos disminuyó a menos del 10 % de los
ingresos familiares, pero en China aún hoy es mayor a 25 % (la situación es más
dura en Pakistán, Nigeria y otros países muy poblados).
Lo que sigue, como un ejercicio, es un
listado de las objeciones mencionadas y de los argumentos que deberíamos tener
en cuenta para hacer una oposición correcta sobre las mismas. En algún caso son
argumentos que incluyen promesas, por lo que luego deberían cumplirse,
implementándolas de diversas formas. En otros casos hay referencias a marcos
normativos, los que pueden impulsarse desde el sector, pero claramente dependen
de los poderes Ejecutivos y Legislativos, a menos que pueda recurrirse a
situaciones de autoregulación.
Objeción
-
Emisión de gases con efecto invernadero.
Argumento/s
-
Lo dicho respecto de la evolución
proporcional de las emisiones antropogénicas a nivel mundial.
-
Nuestra ganadería tiene una eficiencia de
stock que como mínimo es 50 % superior al promedio mundial, por lo que debemos
suponer que hay errores en la 3ª Comunicación nacional sobre el inventario de
gases que están emitiéndose en el país (de 2015).
-
Queremos mejorar nuestra tasa de preñez y
así bajar la intensidad de emisión de gases (gases emitidos por unidad
producida).
-
Queremos continuar con la mejora en las
dietas, factor clave para la disminución absoluta y relativa de las emisiones
de metano.
-
No prevemos una expansión significativa del
stock, ni avances en la superficie empleada, ni avances sobre áreas de bosques
valiosos o corredores riparios.
-
La cantidad de metano parecería estar en un
plateau en la atmósfera.
-
Nuestra huella de carbono es
estructuralmente baja, porque si bien hemos intensificado la producción,
recurrimos a pocos insumos, que producimos en general local y cercanamente.
-
Nuestras exportaciones son relativamente
bajas, y viajan mayormente por barcos.
-
Queremos mejorar nuestro manejo de
pastizales, secuestrando carbono, pero sabiendo que partimos de un uso
razonable, muy superior al de muchos países importantes en producción ganadera.
-
Nuestra producción de óxido nitroso es
aproximadamente la mitad de la estimada por defecto por el IPCC.
Objeción
-
Emisión de contaminantes finos del aire,
precursores de material particulado nocivo.
Argumento/s
-
La agricultura a través del exceso y mal uso
de la fertilización nitrogenada, y la ganadería intensiva cuando hay un mal
manejo de efluentes, generan partículas que luego se combinan con otras para
formar aerosoles peligrosos (PM menor a 2,5 micrones). Pero esto se da sólo en
casos de gran densidad de vehículos diesel en mal estado o por la generación de
electricidad en centrales térmicas que funcionan a carbón y que no son de
última generación. No fertilizamos con nitrógeno de manera ineficiente, no lo
hacemos en exceso sino todo lo contrario, gestionamos razonablemente bien el
estiércol, propugnamos un mayor control de vehículos a gasoil, no tenemos
centrales térmicas a carbón.
Objeción
-
Uso de excesivas cantidades de agua.
Argumento/s
-
La huella hídrica bien medida de nuestros
procesos es muy eficiente. Casi no recurrimos al riego, basamos nuestro uso en la
disponibilidad de agua verde y azul excedentarias, en la mayoría de los casos.
Objeción
-
Generación de lluvia ácida.
Argumento/s
-
La acidez y el contenido de azufre de
nuestras precipitaciones ha estado bajando en al menos las últimas 2 décadas.
Objeción
-
Alteración de humedales.
Argumento/s
-
Buena parte de la actividad se desarrolla
fuera de humedales. Vemos como un riesgo el proyecto de ley que impulsa el
gobierno, que pretende legislar sobre unas 80 M ha, todo lo cual configura un
claro exceso y carece de solidez técnica.
Objeción
-
Eutrofización de cursos o espejos de agua,
compactación de suelos, alteración en la recarga normal de acuíferos,
contaminación de acuíferos con nitratos.
Argumento/s
-
Nuestra densidad ganadera es baja, lo que
asociado al bajo uso de fertilizantes nitrogenados hace que no generemos
impactos negativos de ese tipo, excepto el incremento de nitratos en napas
superficiales, sobre las que una política de ordenamiento territorial que
propugnamos es la clave para revertir la situación.
Objeción
-
Pérdidas de biodiversidad.
Argumento/s
-
Sólo 2 % del territorio nacional concentra
más del 50 % de nuestra biodiversidad. Esto, junto con un Plan de uso del
suelo, corredores biológicos, reformulaciones a la ley de bosques y un
reordenamiento territorial permitirá no sólo no perjudicar sino también ayudar
a mantener y vigorizar nuestra biodiversidad.
(1)
Considerando
contaminantes primarios y secundarios del aire, debemos mencionar al ozono (O3,
el contaminante secundario más peligroso), al monóxido de carbono (CO), a los óxidos
de nitrógeno (genéricamente abreviados NOx, precursor principal del
O3), al material particulado (abreviado PM tanto en español como en
inglés) que es tanto primario como secundario, al dióxido de azufre (SO2)
y al plomo.
De los 6
contaminantes, muy probablemente O3 y PM sean los más peligrosos.
Dentro de PM, muchos países distinguen en sus regulaciones entre partículas
>10 micrones (que sólo llegan al tramo inicial de nuestro tracto
respiratorio), partículas de 2,5
a 10 micrones (que superan las fosas nasales y llegan a
los pulmones) y partículas <2,5 micrones (que no sólo llegan a los pulmones
sino que alcanzan los alvéolos y luego el torrente sanguíneo). La agricultura
en general y la ganadería en particular colaboran en la generación de las
partículas más pequeñas, las más peligrosas.
Continuará
Ing. Agr. Luis M. Villa
AGRO&FINANZAS
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