Uso de fertilizantes
En nuestro país se utilizan dosis muy bajas
de fertilizantes y casi no se hacen análisis. Producimos más del 4 % del
tonelaje mundial de granos, pero usamos menos del 1,75 % del total de los
fertilizantes consumidos mundialmente.
Producimos 100 M tn de granos, y usamos
sólo 3,3 M
tn de fertilizantes. Brasil produce 185 M tn de granos y consume 33 M tn de fertilizantes.
En fósforo no estamos respetando
los umbrales que deben ser el punto de partida. Como bien lo señala Jorge González Montaner,
partir de 20 ppm y agregar un pequeño arrancador da buen resultado; partir de
valores bajos y agregar dosis altas, genera resultados más modestos (aún
igualando el contenido total).
Las consideraciones sobre el
fósforo son más que nada aplicables a la Pampa húmeda y a la Mesopotamia. No
obstante, se pueden hacer razonamientos muy similares para el NOA y la zona Semiárida, en
estos casos referidos a la materia orgánica.
La pérdida por el mal manejo de la fertilidad no debe
ser medida según el costo de reposición sino mediante el lucro cesante generado por los granos no producidos (medida
así puede ser el doble o aún el triple que el monto pensado para reponer lo consumido).
En micronutrientes, el Zinc y otros
tienen cada vez más influencia sobre el lucro cesante.
Materia orgánica joven
Es poco frecuente la adopción de
prácticas de mantenimiento y reposición de la materia orgánica joven (MOj)
incluso bajo la forma más sencilla, que es la rotación de cultivos
adecuadamente fertilizada.
En nuestro país el uso de
efluentes es mínimo, mientras es una práctica habitual en otros países. Es
interesante el caso del Beck’s Challenge 300, en EE.UU. Se trata de alcanzar
los 300 bushels por acre en maíz (187 quintales por hectárea). Casi todos los
participantes usan diferentes efluentes, de manera sistemática (efluentes
líquidos de cerdos y de tambos, sólidos provenientes de la producción de pavo,
etc.).
Algo similar ocurre con el concurso
nacional de rendimientos de maíz, que es un concurso mucho más grande que el
anterior, con más de 7.000 participantes. En 2011, 23 % de los ganadores de
cada estado usaron efluentes dentro del año inmediato anterior a la
implantación del maíz que compitió (y 70 % practicó análisis de suelo, en igual
período).
David Hula, el ganador absoluto de
2012, obtuvo 429 bushels por acre (268 qq/ha), con riego por goteo y por
pivot.
Aspectos físicos
La estabilidad estructural en
húmedo (EEH) de nuestros suelos es relativamente pobre, pese a que puede
corregirse con poca cantidad de MOj. Hay entre ambas variables una relación
logarítmica, vale decir, con un tramo de la curva con mayor pendiente aún que
una relación exponencial.
Ha bajado mucho el umbral hídrico
de sensibilidad a la compactación, también definido como límite de
plasticidad (el contenido de humedad por sobre el cual no debería haber
tránsito por el suelo). Un buen ejemplo es la medición de INTA Las Breñas sobre
monocultivo de algodón (lotes que al almacenar apenas 30-35 mm ya superan el umbral).
La compactación ha avanzado sin que
se la haya medido en estos últimos 20 años (algo que se insinuaba a partir del
1er Congreso de Aapresid de 1992). En muchos casos la compactación relativa se
está acercando al 90 % citado por INTA Castelar como valor crítico que no
debería superarse.
Las pulverizadoras ejercen 60-80 libras por pulgada
cuadrada (400-550 kPa), 4 veces más que lo aconsejado (como suele
recordarlo Ricardo Martínez Peck). Más grave aún, se usan cuando el suelo está
por sobre el umbral hídrico. Actualmente el Eleusine ocupa muchos lotes (antes
sólo los rincones y cabeceras), en un síntoma claro de compactación.
No hay un manejo moderno del agua
en el suelo ni en las napas. El concepto de Punto de Marchitez Permanente (PMP)
cumple 100 años ahora en 2013 y tiene muchas limitantes, pese a lo cual se
sigue usando. El caso del Río Nuevo en San Luis es un ejemplo de mal manejo
global de napas. Llama la atención lo poco conocidos que son los trabajos de
Fernando Carranza, relacionados con el manejo de napas con RAS alto (napas con
mucho sodio en relación al contenido total de sales).
Agricultura de precisión
Las sondas Veris que hay en el país
son muy pocas y han relevado sólo 200 mil hectáreas (tal vez menos de 100 mil
estén aprovechando al máximo toda la información obtenida). Tampoco son
frecuentes las mediciones de conductividad eléctrica con equipos portátiles (un
equipo portátil cuesta 100 veces menos que una sonda, y sin embargo tampoco se
usa).
Este tipo de diagnóstico debería
ser el punto de partida de la agricultura de precisión, que en nuestro país
mide sobre todo el rendimiento y nivela hacia abajo, en casi todos los casos.
No hay trabajos de estadística ni
de geoestadística sobre los resultados de los monitores (informes de este tipo
son de gran utilidad y, contra la opinión generalizada, son fáciles de
comprender si se explican bien).
Hay relaciones que justifican el
paso de la sonda, por ejemplo las relaciones sodio - rendimiento o alto
contenido de arena – rendimiento (el pasaje de la sonda no es gasto, es
inversión, porque se hace una sola vez en cada lote).
Pese a los pilotos automáticos, no
hay programas de tránsito controlado para las pulverizadoras (que permitirían
pisar siempre el mismo lugar y compactar el 2-3 % y no el 50-100 % como ahora).
Australia tiene casos exitosos en esta materia, que deberíamos tener en cuenta.
Ing. Agr. Luis Villa
@LuisVilla2805
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