01 abril 2022

Eliminación de los Derechos de exportación

 

PROYECTO DE ELIMINACIÓN COMPLETA Y EN UN ÚNICO MOMENTO DE LOS DERECHOS DE EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS AGROPECUARIOS Y MANUFACTURAS DE ORIGEN AGROPECUARIO

 

Fundamentación económico financiera y agronómica

 

Los Derechos de Exportación (DEx) referidos coloquialmente como “Retenciones” son un instrumento muy utilizado en nuestro país, desde el siglo XIX y hasta la actualidad.

 

Jurisprudencia relativamente reciente de la Corte Suprema nos indica que deberían ser considerados como Impuestos y no como Aranceles.

 

Los DEx fueron reimplantados inmediatamente luego del fin de la Convertibilidad (si bien el poroto de soja tributó 3,5 % durante el “1 a 1”, configurando una protección o estímulo para su industrialización en nuestro país).

 

Para 2003 las retenciones representaban aproximadamente unos US$ 2.500 M anuales. Un 20 % de eso configuraba un ahorro para la población, vía menor precio interno de los alimentos, mientras que el resto era un ingreso no coparticipable para el Tesoro nacional.

 

Tomando en consideración a todo el conjunto de las cadenas agroindustriales y alimentarias, los DEx representaron unos US$ 8.500 M en 2021. Es poco probable que más del 15 % de ese monto haya significado un ahorro directo para la población.


 

Fundamentación económico financiera

 

El país no crece en forma sostenida desde 2011, luego de haberlo hecho a más del 8 % anual durante 5 años consecutivos, en el período 2003/2007. El PBI de fines de ese lapso fue 51,8 % mayor respecto del valor de inicio.

 

Para 2007 el país contaba todavía con superávits gemelos (superávit fiscal primario y superávit comercial), aunque había signos de agotamiento; el Riesgo país aún se ubicaba por debajo de los 200 puntos. Incluyendo devengamientos por los bonos no ingresados al canje de 2005, la carga anual de intereses no superaba el 2,5 % del Producto (contra 8 a 9 puntos del PBI durante la gestión de la Rúa).

 

En números aproximados, en la actualidad hemos recuperado el nivel del PBI de 2018 (no en valores per cápita obviamente, dado que la población continúa aumentando), con el doble de inflación y de pobreza (50 vs 25 %, en cada caso). La carga de intereses se ubica en unos 5 puntos del Producto y continúa su deterioro.

 

Somos una de las 5 o 6 economías más cerradas del Planeta, midiendo la suma de Exportación + Importación y relacionando ese monto con el PBI. Esto ha mejorado algo, pero es debido al achicamiento en el denominador y a una nueva ola de buenos precios de los commodities agrícolas, energéticos y en parte mineros, que actúa elevando al numerador.

 

La actual Administración asumió con un US$ oficial de $ 60 y uno paralelo (CCL) de $ 75, con una brecha de 25 % (como se la mide habitualmente). Actualmente la brecha es de algo más de 70 % ($ 111 y $ 191 / US$), luego de haber superado el 100 %.

 

En parte esto se debe al atraso cambiario de todo 2021 (año electoral).

 

 





 

Datos obtenidos desde el BCRA y el BNA

(US$ Divisa, tipo comprador)

 

 

Visto desde la perspectiva exportadora, en la actualidad el factor negativo principal es la combinación de atraso y de desdoblamiento cambiarios, incluso por sobre los DEx. El país necesita crecer y así diluir sus erogaciones fijas, la carga de intereses y el presupuesto de la Anses y de la Seguridad social y la Educación y Salud públicas (más allá de la jurisdicción soberana o subsoberana que deba afrontar tales erogaciones).

 

 

 

El Ejecutivo pretende diluir esta carga fija mediante Inflación siendo que lo deseable es que ocurra mediante Crecimiento (el Desarrollo es una etapa posterior).

 

La eliminación inmediata y completa de los DEx generaría una serie de impactos positivos claramente superiores a los negativos, que podrían ser atendidos.

 

Asumiendo un incremento de la producción agropecuaria del orden del 30 % (por única vez pero sostenido en el tiempo), es razonable suponer que el ingreso de divisas al BCRA se incrementará en no menos de US$ 10 o 12.000 M anuales (unos US$ 1.000 M por mayor producción y exportación proveniente de la cosecha fina, sobre todo trigo pero también cebada, otro tanto por incrementos en la exportación de carne bovina y lácteos, buena parte del resto por la cosecha gruesa, sin dejar de considerar el aporte de la cadena arrocera, la manicera y todas las otras economías regionales con capacidad exportadora).

 

Esa cifra podría superar incluso los US$ 15 a 17.000 M anuales (siempre medidos en base incremental). La AMO, la Oscilación Multidecádica del Atlántico, ingresó en la fase más desfavorable para nuestro país, y esto introduce volatilidades significativas en la comparación de resultados de años consecutivos.

 

La expectativa generada a partir de la nueva situación bien podría atemperar la demanda legal de US$ en los sistemas de CCL y MEP. El Ejecutivo podría acelerar el ritmo devaluatorio del tipo de cambio oficial unos 25 puntos por sobre la inflación de 2022. Podría llegarse a finales de año con tipos de cambio de $ 292 (CCL) y $ 206 (oficial), bajando la brecha a algo levemente por encima de 40 %.

 

206 = 103 x 1,6 x 1,25

(103 es el valor de arranque; 60 % es la inflación proyectada y 25 % es la tasa de devaluación real del período del dólar oficial)

 

292 = 195 x 1,5

(195 es el valor de arranque; 50 % es la tasa de devaluación nominal del período del dólar libre)


 

El Índice de la FAO para los precios de los alimentos se ubicó en un nuevo récord en el mes de febrero, con un valor de 140,7. Todavía no está reflejado allí el efecto de la guerra en Ucrania. El valor de 2019 fue de 95,1 (esto configura un argumento a favor del Ejecutivo, poco usado y mal argumentado por la Administración nacional).

 

Sin perjuicio de mejoras en la calidad de la asistencia social actual, es razonable prever una erogación extra equivalente a US$ 150 / familia / mes (al tipo de cambio libre) para 4 M de familias y durante no menos de 18 meses. Se trata de una erogación significativa, pero que debe hacerse en pesos argentinos. Se está frente a una decisión éticamente inobjetable, dado que no hay prioridad superior a disponer de una alimentación sana y completa (el acceso a aire puro, un ambiente sano, la ausencia de ruidos molestos y una seguridad mínima serían algunos de los pocos casos a listar en forma simultánea o tal vez previa).

 

La ayuda señalada en el párrafo anterior se funda en la necesidad de asegurar que la población con menos recursos pueda enfrentar el incremento adicional, por única vez, que tendrán muchos de los alimentos (que luego sólo bajarán de precio real en el mediano plazo, sea por bajas en el mercado internacional junto con una economía argentina más abierta e integrada, sea por una mejora en la productividad y el nivel de actividad doméstico, sea por una combinación de ambas).

 

En simultáneo, debería establecerse un programa de corto plazo que resuelva provisoriamente el suministro de agua potable, que es el primer alimento (8 M de habitantes consumen agua no segura en nuestro país). Algo similar puede decirse respecto del suministro de electricidad (consumimos 3.000 kWh / hab / año en promedio, pero con amplias regiones con consumos de 500 kWh; un valor bajísimo).

 

Como resultado esperable, mejorará la paz social, se incrementará el nivel de actividad y de empleo, no habrá desfinanciamiento en el Tesoro, aumentará el stock de Reservas en el BCRA y disminuirá la brecha cambiaria a aproximadamente la mitad de la actual; todo al cabo de 12 meses. Esto requiere de medidas urgentes, para permitir planificar la campaña fina que se inicia bajo el nuevo escenario.

 

Si bien no es el tema de este escrito, teniendo en cuenta brevemente la visión de Sistema (sobre la que volveré en futuros escritos), conviene mencionar adicionalmente que una baja del gasto en el nivel más alto de la Administración podría generar el fondeo necesario para resolver definitivamente un tema social gravísimo, la Malnutrición infantil aguda (unos US$ 100 M mensuales, al tipo de cambio libre; tal vez durante unos 18 meses). Mejoraríamos así nuestros índices y dejaríamos atrás la presencia permanente de unos 50.000 chicos emaciados, exageradamente delgados, en peligro inminente de sufrir daños irreparables.

 

Mientras la austeridad de la clase política financia el combate a la malnutrición, un redireccionamiento de los US$ 14.500 M a erogar este año en subsidios al consumo de energía (es racional destinar sólo el 25 %) permitirían superar el primer año del nuevo esquema. Esquema que debería reportar US$ 1.000 M incrementales al BCRA en enero/febrero de 2023 (liquidación de la cosecha fina) y al menos otros US$ 10.000 M incrementales en mayo/agosto.

 

 

Fundamentación agronómica

 

Según la última publicación conjunta de la FAO y la OECD (junio 2021), la prospectiva a 10 años prevé que para entonces habrá a nivel mundial una disponibilidad de 3.025 kilocalorías (kcal) por habitante y por día.

 

Esto supone un incremento de 4 % sobre las 2.900 kcal actuales (en todos los casos, antes de desperdicios y de transformaciones en proteína animal). Ocurriría luego del aumento de 7 % respecto de las del año 2000, que eran 2.700 kcal.

 

En referencia a los incrementos de producción, que deben atender esta mayor disponibilidad por persona y el aumento de la población mundial, estiman que un 87 % provendrá de una mayor productividad por cada cultivo, un 7 % de una mayor intensidad en el uso del suelo (mayor proporción de doble o triple cultivo por año) y sólo un 6 % de incrementos de superficie (que se darían mayormente en Sudamérica).

 

Lo que sigue es una descripción general de nuestro recurso Suelo (he omitido hacer referencias similares, referidas al Clima). Cifras en millones de hectáreas (M Ha).

 

 



 

Cifras redondeadas

Elaboración propia a partir de datos del Instituto de Suelos del INTA

 

 

Si bien es una clasificación taxonómica y no utilitaria, es sabido que los Molisoles son de los suelos más productivos del mundo. Existen 750 M Ha en todo el mundo y más de 80 M Ha están en nuestro país. Además, Argiudoles, Argiustoles, Hapludoles y Haplustoles son una proporción mayoritaria.


 

Considerando ahora la clasificación utilitaria, conviene señalar lo que sigue.

 


 

Elaboración propia en bases a datos del INTA

 

 

 


 

Elaboración propia en bases a datos del INTA

básicamente lo generado en los informes sobre las ZAHs

las Zonas Agroeconómicas Homogéneas

 

 

Este stock de suelo de calidad contrasta con las aproximadamente 26 M Ha (físicas) sembradas básicamente cada año con trigo, cebada, soja, maíz, girasol, sorgo, arroz y algodón.

 


 

Breves conclusiones preliminares

 

Es fácil concluir preliminarmente que no existen restricciones respecto del recurso Suelo (tampoco las hay respecto del Clima, más allá de la coyuntura que nos plantea la AMO).

 

La única restricción que podría limitarnos es la falta de coraje o de nivel intelectual suficientes para afrontar este desafío, actitud que debemos asumir no sólo por nosotros sino también por lo que el resto de la Humanidad espera de nosotros.

 

 

Luis M. Villa

luisvilla@fibertel.com.ar

En Twitter @LuisVilla2805

 

 

23 julio 2021

Acerca de nuestra inflación histórica, del futuro, de Chiesa, de Zaiat y de varios asuntos más (parte II de II)

Zaiat (cont.)

En la parte I presenté los datos y argumentos principales que demuestran que la afirmación de Zaiat sobre la magnitud actual y pasada de las alícuotas por retenciones es una afirmación falsa.

 

Respecto de los números de mi ejercicio (que cualquier persona puede repetir o bien ver su desarrollo pidiéndome la planilla con los cálculos), son los siguientes:

 

-       precios Chicago: maíz US$ 215 / Tn, soja 525 y trigo 250;

 

-       precios Rosario: maíz $ 18.550 / Tn, soja 32.500 y trigo 20.150;

 

-       dólar libre: $ 170 / US$;

 

-       dólar oficial: $ 95 / US$;

 

-       mix de cotizaciones para calcular la brecha y la alícuota real: 60 % libre 40 % oficial (la brecha nominal entre los 2 tipos de cambio ha alcanzado el 80 % según como se la mide habitualmente, con el valor libre en el numerador y el oficial en el denominador, pero buena parte de los insumos y bienes de capital están denominados con el oficial por lo que es razonable estimar un valor ponderado entre ambos extremos);

 

-       tipo de cambio calculado a partir del razonamiento anterior: $ 140 / US$;

 

-       alícuotas implícitas (completas): maíz 38,4 % / soja 55,8 % / trigo 42,4 %.

 

 

¿De qué valores hablamos en referencia a la Rentabilidad del agro argentino?

Responder por completo a esta pregunta va a demandar varias entregas. Comencemos diciendo que la Rentabilidad es un proceso, una película, no es una foto.

 

El lector puede encontrar comentarios en http://luisvilla.blogspot.com/2016/03/errores-frecuentes-en-la-evaluacion.html y en http://luisvilla.blogspot.com/2016/03/conclusiones-sobre-la-manera-correcta.html

 

Salteando varios aspectos, esta imagen podría ser el resultado de un análisis bien elaborado (que continuaré en futuras entregas).


 


 

¿Invertir ahora o esperar a que las condiciones mejoren? – El caso Nomura

Un repaso breve de la historia del Banco de Inversión japonés Nomura puede ofrecernos una suerte de guía sobre qué hacer ante esta disyuntiva. Me referiré al caso en una próxima columna.

 

 

En la próxima entrega

 

¿Ocupamos el puesto 47 en el ranking de disponibilidad de capital natural per cápita?

 

Lo afirmaban en 2018 algunos Economistas miembros (o ex miembros) del staff del Banco Mundial. Claramente es una afirmación falsa; pese a ello es repetida en la Argentina sin ningún análisis o precaución previos, lo que denota la baja calidad de muchos académicos y dirigentes.

20 julio 2021

Acerca de nuestra inflación histórica, del futuro, de Chiesa, de Zaiat y de varios asuntos más (parte I de II)

 

 

Inflación histórica

A lo largo de 210 años de historia, desde 1810 hasta 2020, la Argentina ha reducido el valor de su moneda a 1 x 10-17. El Peso Argentino actual es la 100.000 trillonésima parte del Peso Fuerte de 1810 (entendiendo al trillón con el concepto sajón, financiero, como millón de millones o 1012).

 

A los famosos 13 ceros de pérdida del siglo XX (de m$n o Peso Moneda Nacional al Peso Ley 18.188, de éste al Peso Argentino y luego de éste al Austral y del Austral al Peso actual) debemos sumar los 2 ceros perdidos en lo que va del siglo XXI, lo que ya eleva la cuenta a 15.

 

Falta computar el cambio de 25 a 1 que se hizo en la reforma monetaria de los ´80 del siglo XIX durante la primera Presidencia de Roca (equivalente a 1,25 ceros; para pasar del m$c o $mc o Peso Moneda Corriente al Peso Moneda Nacional, m$n).

 

El m$c o Peso Moneda Corriente equivalía originalmente al Peso Fuerte (17 Pesos Fuertes valían como una onza de oro en 1810).

 

La cuenta se completa con la desvalorización sufrida en los primeros 75 años desde 1810 (se pasó de la paridad 17 a 1 con la onza de oro a 500 a 1; el Peso Fuerte siguió con su paridad pero el m$c no lo hizo). La cuenta es algo más compleja, se requieren correcciones por la “ley” (calidad) del metal, etc.

 

Se llega a una cifra de 17 ceros posteriores al 1 como cifra bien aproximada para simbolizar la fracción del valor actual equivalente al valor de 1810.

 

Esto se representa también matemáticamente del modo correcto diciendo que hemos tenido una inflación promedio de aproximadamente 20 % (acumulativa obviamente).


El cociente 1 / 1,2210 permite calcular un número similar.

 

 

Algo sobre el futuro

Según la reciente publicación conjunta de la FAO y la OECD, la prospectiva a 10 años prevé que para entonces habrá una disponibilidad de 3.025 kilocalorías (kcal) por habitante y por día.

 

Esto supone un incremento de 4 % sobre las 2.900 kcal actuales (en todos los casos, antes de desperdicios y de transformaciones en proteína animal). Ocurriría luego del aumento de 7 % respecto de las del año 2000, que eran 2.700 kcal.

 

En referencia a los incrementos de producción, que deben atender esta mayor disponibilidad por persona y el aumento de la población mundial, estiman que un 87 % provendrá de una mayor productividad por cada cultivo, un 7 % de una mayor intensidad en el uso del suelo (mayor proporción de doble o triple cultivo por año) y sólo un 6 % de incrementos de superficie (que se darían mayormente en Sudamérica).

 

 

Chiesa

Hay un serio riesgo en no institucionalizar a las agrupaciones y transformarlas en verdaderas entidades (la Mesa de las Carnes, el Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina que cesó en 2011, el Consejo Agroindustrial Argentino, la Comisión de Enlace tanta veces confundida con la Mesa de Enlace, etc).

 

Actualmente hay en la Mesa de las Carnes un Coordinador (Dardo Chiesa) que dice exactamente lo contrario del discurso de las 31 entidades que la componen.

 

Esas entidades entienden, correctamente, que el crecimiento o sostenimiento del consumo interno es complementario al de la exportación. Chiesa dice lo contrario, que era inexorable una colisión y una crisis, si bien no ha usado la palabra crisis. Esto, entre otras inconsistencias no menores.

 

Ver un compendio de ideas equivocadas y mal hilvandas en https://www.youtube.com/watch?v=yI1_3vu0p54 en el que Chiesa aparece respondiendo en un reportaje de Julio de Vido (h).

 

 

Zaiat

En https://www.pagina12.com.ar/355510-las-fabulosas-ganancias-con-maiz-soja-y-girasol-en-la-provin Alfredo Zaiat usa expresiones poco felices incluso para el tono periodístico (agravado por ser un Economista y por el hecho de intentar volcar una nota de opinión con cierta argumentación valiosa, cosa que no logra en ningún momento). Me refiero a la utilización en 5 oportunidades de la palabra “fabulosos/as” (en el título, en un hipógrafe y 3 veces durante el texto).

 

Los precios de la tierra ya habrían aumentado si la renta fuese tan alta (fabulosamente alta en esta campaña). Por supuesto hay otros factores, y entre ellos están las regulaciones (por caso, el precio de la tierra periurbana de Pergamino no va a incrementarse ni siquiera con subas sostenidas en el valor de la tonelada de soja o de maíz, porque hay una gran incertidumbre regulatoria allí, agregada a la incertidumbre generalizada, nacional).

 

Volviendo a Zaiat, confunde o usa como medidas intercambiables al Margen bruto y a la Rentabilidad. Una inversión puede tener mayor margen bruto (o incluso neto) que otra y ésta última ser más rentable que la primera, al menos antes de ponderar los riesgos de cada caso (si por renta se entendiera el resultado con independencia de los riesgos, que es el modo habitual fuera del ámbito profesional de las Finanzas). Si la renta estuviera ajustada por riesgo, bien podría seguir dándose el caso, una inversión puede tener mayor margen y menor renta/riesgo que otra.

 

Siguiendo con el contenido, el autor usa datos y premisas falsas. Su razonamiento sobre las alícuotas por derechos a la exportación es falso, porque no tiene en cuenta la alícuota completa o implícita de cada grano en cada momento. Al comparar la situación actual con la de 2008, omite tener en cuenta entre otras cuestiones que la presión fiscal actual es mayor, que la tasa de interés real no ha cambiado significativamente respecto del año 2008 y que la campaña 20/21 de producción de soja fue pobre (apenas produjimos 43,5 M Tn). Si bien este dato es nacional y el artículo tiene foco en la Provincia de Buenos Aires, debió ser tenido en cuenta inexorablemente.

 

En 2008, la alícuota real o implícita por retenciones se asemejaba mucho a la impuesta mediante las resoluciones vigentes a ese momento (no había tanta distorsión en los múltiples tipos de cambio, la macroeconomía estaba aún más o menos ordenada en términos comparativos con la actualidad, el pari passu no había surgido, y los ROEs no se habían convertido en un factor).

 

Recordemos que el cepo cambiario comenzó a fines de 2011, luego de las elecciones generales, que la aceptación del argumento de los acreedores por parte del Juez Griesa se produjo en diciembre de 2011 y que los ROEs (si bien formalmente vigentes desde 2006 y reformulados en mayo de 2008) no tenían el peso tan negativo que tuvieron años después.

 

Por lo que es razonable estimar que en 2008 las alícuotas implícitas por derechos de exportación eran de 27 % en maíz y en trigo y de 38,5 % en soja.

 

Las actuales son de casi 40 % en maíz y trigo y de 55 % en soja (38,4 % en maíz, 42,4 % en trigo y 55,8 % en soja; en el ejercicio que presentaré en la segunda parte).

 

La explicación, como sabemos, debemos buscarla en la brecha cambiaria, cercana al 80 % actualmente, y en maniobras que afectan al buen funcionamiento de varios mercados, maíz y trigo sobre todo en nuestro análisis.

 

Hasta la próxima entrega, la parte II, en esta misma semana.

 

 

07 julio 2021

Pasado, presente y futuro del agro argentino

 

Hoy es 7 de julio, día en que falleció el Senador Reutemann, fecha en que se conmemora el Día internacional del suelo.


En 2 días se cumplirán 205 años de la Declaración de nuestra independencia. En esa jornada, habrá en San Nicolás una actividad de protesta contra las políticas del gobierno, liderada por diferentes bases del sector agropecuario.


Al día siguiente, cumplirá 155 años de existencia la Sociedad Rural Argentina, la entidad gremial del sector más antigua del país.


El nacimiento de la SRA es anterior al primer censo nacional, al peso moneda nacional y a la federalización de Buenos Aires y simultáneo con el desarrollo de la Guerra contra Paraguay, la red ferroviaria y la red de telégrafos.


Anteayer, 5 de julio, Arcor cumplió 70 años desde su fundación. Este año el Banco Nación cumplirá 130 años y el próximo, el Bapro cumplirá 200.


El 17 de junio se cumplieron 200 años de la muerte de Güemes y el 10 de julio se cumplirá igual lapso desde la muerte de Francisco Ramírez. Ambos tenían menos de 40 años al morir trágicamente.


La industria del cuero, nuestro primer producto de exportación en el siglo XIX (excluyendo la plata de Potosí), goza de una protección absurda, que cumplirá 50 años en muy pocos meses.


También el 5 de julio, la FAO y la OCDE conjuntamente publicaron su clásico informe anual con las perspectivas globales a 10 años vista.

 

Teniendo en cuenta todo eso, teniendo en cuenta la absoluta desorientación y mediocridad de la gran mayoría de la dirigencia política, es razonable concluir que es un momento más que oportuno para volcar periódicamente reflexiones sobre el agro.

 

Entender el pasado es esencial, mientras que el presente se vuelve intrascendente si no tenemos metas claras para el futuro.