Escribí esto sobre el hambre y la desnutrición en enero de 2002, entre el inicio del corralito, el 3 de diciembre de 2001, y el inicio del corralón, el 2 de febrero de 2002.
Cuando nombro al Grupo Sophia y sus iniciativas equivocadas, estoy refiriéndome a Horacio Rodríguez Larreta y lo que luego fue El hambre más urgente, una iniciativa de muy mala calidad.
Cuando hablo de la representante del Banco Mundial, me refiero a Myrna Alexander, sobre la que volveré en un próximo escrito.
Hay también una referencia al Indec de entonces, que sobreestimaba ciertos costos, a diferencia del Indec actual.
Las referencias a la soja se deben al disparatado plan de Chiche Duhalde y Chichí Doga (Chiche y Chichí).
Citándome, Adrián Paenza (a quien conozco desde hace casi 30 años) leyó los datos principales en tv abierta un domingo de ese verano tan duro. Era la época en que, aún con limitaciones, los problemas se podían analizar, sin fanatismos.
El Economista publicó mi trabajo completo en septiembre de 2002.
En un próximo escrito, mis reflexiones y comentarios. Lo que sigue, textual el escrito de entonces.
EL HAMBRE EN LA ARGENTINA –
SOLUCIONES
ALGUNOS
DATOS IMPORTANTES
·
si
tomamos datos del año pasado, cuando ya la pobreza y la indigencia eran muy
significativas, consumíamos más de 200 litros de lácteos / persona / año (BRASIL
110; AMÉRICA LATINA 90; CHINA 7). La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que
150-160 son un valor satisfactorio (los casi 210 litros son un
promedio, lamentablemente hay muchos chicos en la Argentina que no toman
leche). Asimismo, consumíamos más de 65 Kg. de carne bovina
-segundos en el mundo, después de URUGUAY-; más de 20 litros de aceite y
bastante más de 50 Kg.
de harina.
·
siendo
productores, consumimos menos de 6 Kg. de arroz / persona / año (BRASIL + de 45;
CHINA + de 90). El gasto en arroz no alcanza al 3 % del total de la canasta de
alimentos y bebidas.
·
siendo
uno de los pocos productores en el mundo, consumimos menos de 0,5 Kg. de poroto negro
(BRASIL y MÉJICO + de 15). Asimismo, nuestro consumo de legumbres en general es
mucho más bajo que el de la mayoría de los países con desarrollo intermedio.
·
gastamos
más dinero en chocolates y chicles que en arroz.
·
aunque
declinante, tenemos un nivel educativo que aún es aceptable.
·
aún
con problemas importantes, la vivienda y la salud así como los servicios
esenciales son significativamente superiores a los de los países más pobres del
planeta.
·
un
15-20 % de nuestra población sufre graves problemas para obtener agua segura.
PRODUCCIÓN
DE ARROZ EN NUESTRO PAÍS
En los últimos 3 ó 4 años de convertibilidad, los arroceros
atravesaron una situación de total colapso. Las relaciones insumo-producto
empeoraron 4-6 veces, y aún más. Sobre el final de la convertibilidad se
necesitaba 4 veces más arroz que una década atrás para comprar un insumo básico
como es el gasoil. Para inicios de la campaña 2001-2002 se necesitaban 500
kilos de arroz para comprar 100
litros de gasoil. Hoy se está produciendo menos de la
mitad del volumen de hace 4-5 años.
Con el nuevo escenario de devaluación, retenciones y
aumentos de insumos; la relación mejoró algo, aunque continúa muy lejos de la
relación histórica.
LA FAMOSA CUENTA DEL ARROZ
Los argentinos consumimos tan sólo unos 6 Kg. de arroz por persona y
por año, como ya se dijo. Solucionando los problemas de rentabilidad, lo cual
es posible quitando presión impositiva al gasoil con destino a bombeo de riego
en arroceras, -entre otras medidas no menos importantes- se podría y se debería
duplicar el volumen producido. Esto permitiría que la franja más vulnerable de
nuestra población pueda consumir unos 35-50 Kg. de arroz por persona y por año -según la
cantidad de personas beneficiadas; 35 Kg. si son 14 millones de personas y 50 Kg. si son 10 millones-.
¿El costo? Sólo u$s 60 millones para el sector primario y otra cifra similar
para la industria y los costos de distribución. Tan solo u$s 120 millones. Esta
simple cuenta confirma la abundancia de posibilidades de nuestro querido país
-y la incompetencia de nuestros dirigentes-
En nuestro país, mejorar la calidad de la ingesta de los 10
millones más pobres, y además elevarla a 2700 calorías (*) no sólo es un acto
de estricta justicia sino que además seguramente elevará el ingreso y la
generación de riqueza genuina. Se puede estimar un costo anual de $ 800-1.000
millones -$ pesos; no dólares- vale decir $ 80-100 / persona / año.
[(*) de ese total de 10 millones unos 5-6 millones son
indigentes. Los otros están mal nutridos, pero con un exceso de calorías,
superando las 2700 calorías que se recomiendan, por exceso de consumos de
derivados de la harina de trigo. La ARGENTINA es un país con muchos desnutridos
obesos.
--------------------------------------------------------------------------]
ÚLTIMAS CONSIDERACIONES DE DIAGNÓSTICO
No pueden dejar de mencionarse los datos de la última
encuesta del INDEC. Es absurdo suponer que se necesitan $ 86 / persona / mes
para alimentarse; cuando en el interior del país son necesarias cifras mucho
menores. De hecho, con ese dinero se pueden comprar 100 Kg. de arroz y cubrir un
tercio o más de las necesidades alimentarias de todo un año de adultos y
ancianos sanos, así como de adolescentes no deportistas. Es urgente revisar los
criterios que emplea el Instituto, dado que la sobrevaloración de un problema
no contribuye a su solución. En línea con esta crítica se ubican los
comentarios de la representante del BANCO MUNDIAL en el país.
Existen otras ideas que no son prioritarias o directamente
equivocadas. Es el caso por ejemplo del Grupo Sophia y de la Fundación Creer y
Crecer; quienes propugnan un programa con la construcción de costosísimos
"centros de atención". Es evidente que no es la prioridad para un
país que cuenta con 23.000 comedores escolares, más de 1.200 comedores de ONG's
y un número no determinado pero importante de comedores privados, a los que se
le pueden agregar las 700 cocinas de campaña del Ejército a las que alude con
frecuencia Ricardo López Murphy.
LO QUE
SE DEBE HACER
Debemos enfocarnos en mejorar el acceso de agua potable del
18-20 % de la población que sufre estos problemas y en brindarles rápida y
eficaz instrucción, antes que en construcciones e inversiones en
infraestructura centralizadas.
Lo que sigue son consideraciones sobre lo que debería
hacerse en nuestro país, en función de las urgentes necesidades de nuestra
población más pobre, generando además riqueza genuina para distintas
producciones agropecuarias.
1.
Respetando
la pirámide nutricional, debemos duplicar el consumo de arroz; expresado esto
como promedio nacional. En la franja más pobre, por ej. 10 millones de
personas, esto supone elevar varias veces el consumo, llevándolo a 50 Kg. por ejemplo. Ese sector
debe disminuir su consumo de harinas y derivados. Este elevado consumo es el
que explica que nuestra población pobre es mal nutrida y obesa simultáneamente.
2.
Distribuir
anualmente el equivalente a 500-750 millones de litros de leche líquida, en la
forma de leche en polvo. Esto supone hacer una distribución de unas 75-100 mil
toneladas de leche en polvo, cada año. Costo? A 1.300 dólares por tonelada, son
tan sólo unos u$s 100 millones -cifra similar a la anterior del arroz-. Este
monto de leche comprada por el Estado cambiaría muchísmo la ecuación oferta –
demanda de lácteos.
3.
Distribuir
poroto negro y otras legumbres, que hoy enfrentan problemas de mercados, de
cupos, y de aranceles. Elevar nuestro bajísimo consumo de legumbres, llevándolo
a al menos unos 8-10 kilos.
4.
Distribuir
algo de dinero extra, por la vía del uso de tarjetas magnéticas tal como se
hace en BRASIL y como aquí lo propugna muy inteligentemente la recientemente
creada AEA. Con esto se pueden comprar los lácteos perecederos y carne.
5.
Después
de haber hecho todo lo anterior, incorporar la soja, tanto el poroto como
los productos elaborados; o hacerlo como disparador hasta ajustar todo lo
anterior.
No
olvidar que la soja tiene un área sembrada de unos 10 millones de hectáreas. No
sufre serios problemas de mercados, si bien los tiene. El arroz, en cambio,
ocupa sólo 160 mil, es decir el 1,6 % del área de soja. Con la política aquí
descripta se logra un magnífico impacto regional, se regresa al área sembrada
con arroz de 1997/1998 y se resuelve el alimento base -no puede haber una
alimentación en base a soja, sí en base a arroz-.
Al comprar el Estado esos 500-750 millones de litros de
leche no sólo resolvemos nutricionalmente las demandas de nuestra masa
carenciada, sino que damos un gran paso para resolver el problema de los
excedentes lácteos.
Finalmente, con el aporte de legumbres, resolvemos los
serios problemas del poroto negro del NOA y brindamos un excelente aporte
proteico.
Las soluciones existen. Dadas las enormes potencialidades
de nuestro país, las estrategias alimentarias inteligentes resuelven 2
problemas en simultáneo.
Respecto de los métodos de distribución, lo que se debe
hacer es distribuir dinero con una tarjeta del tipo "Bolsa Escola"
del Gobierno Federal de Brasil. Esto en base a un depurado e inteligente padrón
que deberá hacerse en tiempo récord, aprovechando nuestros recursos en IT -information technology-, los
voluntariados y la información que pueda extraerse del último censo.
Con todo esto lograremos muy rápidamente elevar la ingesta
actual, que se ubicaría en 2.300 calorías por persona y por día, y elevarla a
los valores recomendados, 2.700. Lo mismo lograremos hacer con la ingesta de
proteínas, increíblemente deficitaria en la ARGENTINA de hoy.
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