QUÉ ATRIBUTOS DEBE TENER UN (BUEN) DIRIGENTE AGROPECUARIO
El principal
problema del país es la falta de liderazgo en todos sus ámbitos. Este déficit,
importante en cualquier momento de la historia, es catastrófico en el momento
actual donde lo constante es la complejidad, el cambio y la innovación
permanentes.
Un líder no nace, se
hace. Se prepara durante mucho tiempo. Básicamente es alguien que piensa poco
en sí mismo y mucho en los demás. Es alguien que tiene solidez técnica,
cultura, conductas apropiadas permanentes y grandes cualidades en la
comunicación.
Un país con perfil
agroalimentario como el nuestro contará con posibilidades ciertas de desarrollo
sólo si logra ubicar 30 ó 40 líderes en puestos clave de la sociedad, a lo
largo de las cadenas de valor, en diferentes estamentos de gobierno, etc. La
condición es doble, contar con esas personas, y lograr que sean los decisores
principales.
Todo joven del
sector, entendiendo por joven a aquel menor de 40-45 años, que tenga deseos de
convertirse en un referente honesto en todo sentido, debe asumir que tiene por
delante un desafío duro pero apasionante a la vez. Los esfuerzos
formativos colectivos son más eficaces, más gratos. Cuanto más variado sea el
grupo al que pertenezca, mucho mejor (la diversidad en cuanto a género, edad,
extracción y pensamiento político constituye una fortaleza, nunca una
debilidad).
Se requieren cultura
general y conocimientos básicos de filosofía y ciencia política, y de lógica, matemática, estadística, biología, física, química y climatología. Las
habilidades comunicacionales son imprescindibles (saber hablar y escribir de
manera correcta en cada situación, tener oratoria y escuchatoria, tener mucha
pero mucha memoria). Todo se ejercita, no hay métodos mágicos.
Luego están los
conocimientos de historia y geografía. Cuando se conoce lo básico de historia y
de geografía, se entiende mejor todo lo relacionado con la logística, por
ejemplo. Entre varios, un caso interesante y valioso para conocer es la llamada Ruta de la
Seda, la famosa ruta terrestre que vinculó a Roma con China comenzando hace
unos 2.500 años.
Influyeron y fueron
influidos por la Ruta, entre otros, Lao Tse (si es que existió), Confucio,
Sócrates, Platón, Aristóteles, Alejandro Magno, Aníbal, Julio César, Augusto,
Buda, Jesús y Mahoma.
Actualmente un
contenedor que parta de China y viaje a Alemania por mar, demora unos 30-33
días, luego de viajar a puertos chinos, seguir por los océanos Pacífico e
Índico, el Mar Rojo desde el Estrecho de Mandeb, el Canal de Suez, el
Mediterráneo, y luego seguir por tierra hasta su destino.
Sin embargo, existe
desde hace unos años una ruta terrestre, enteramente ferroviaria, algo más
costosa, que demora sólo 13 días. Es la versión actual de la milenaria Ruta.
Se deben conocer los
aspectos clave de la revolución neolítica y de la revolución industrial, y de
los 2 últimos grandes eventos que pudieron significar nuestra extinción (el
Dryas joven hace 12.900 años y la peste negra de los siglos XIII y XIV).
Lo mismo con los
grandes progresos del pensamiento “reciente”, entre otros debidos a Al-Farabi, Avicena, Averroes, Maimónides, Copérnico,
Descartes, Galileo, Pascal, Newton, Faraday y Maxwell, hasta llegar a Volta, la
pila eléctrica, el telégrafo y la globalización iniciada en 1860, cuando el
cable submarino de telégrafo permitió que una noticia trascendente se difunda
de un continente a otro no ya en 1 semana sino en 10 minutos.
Debe tenerse una
comprensión cabal de varios procesos políticos clave, entre ellos los de la
Revolución gloriosa del siglo XVII, la Revolución Francesa,
la independencia de los EE.UU., nuestro largo y complejo proceso de formación y
consolidación de la unidad nacional, las historias de China, India, Rusia y lo
que fueron las potencias navales europeas, la esclavitud, el tráfico de
esclavos, el feudalismo y los cambios posteriores. Lo mismo con la evolución de
la península ibérica, el Tratado de Tordesillas, la Guerra de los 7 años del
siglo XVIII, las guerras de fin del siglo XIX, las Guerras Mundiales y la Guerra Fría.
La visión
antropológica es imprescindible, se deben conocer los procesos evolutivos
independientes en cada continente, las diferentes etnias y sus conflictos, la
domesticación de animales, el sedentarismo, la agricultura, el riego, el arado,
la trashumancia y los primeros impactos de estas actividades sobre el ambiente.
No son para nada
inconvenientes los conocimientos de paleogeografía y paleoclimatología, la
evolución de los continentes (Pangea, luego Gondwana y Laurasia, hasta la
actual configuración), las 3 últimas eras (Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica),
el período actual (Cuaternario) y la época actual (Holoceno).
En todos los
estudios de caso y disciplinas o ciencias, debe tenerse un conocimiento preciso
acerca de quien es quien.
Al llegar a este punto
conviene agregar conocimientos de derecho positivo, macroeconomía (una rama del
saber de sólo 2 siglos) y de finanzas (de sólo medio siglo). Luego, saberes
clave sobre ecología, ambiente, y generación primaria y secundaria de
energía.
Respecto de
economía, a modo de ejemplo, es esencial conocer la evolución del Producto
bruto mundial a lo largo de los últimos 2.000 años hasta llegar a fenómenos
actuales o recientes que requieren amplia comprensión, como nuestra crisis de
los años 2001-2002, la crisis hipotecaria estadounidense de 2007-2008 y nuestra
actual crisis respecto de la deuda pública. También es importante conocer acerca de las crisis económicas iniciadas en 1857 y 1873.
Las cualidades
humanistas y de liderazgo permiten que alguien formado ampliamente no se
convierta únicamente en un tecnócrata o en un burócrata de alto nivel. Deben
cultivarse de manera permanente.
Al llegar aquí se
puede empezar la formulación de políticas para el sector y el país, lo que será
tema de una próxima columna de opinión.
Ing. Agr. Luis Villa
@LuisVilla2805
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