MIS COMENTARIOS SOBRE LOS DICHOS DE GUSTAVO OLIVERIO EN LA JORNADA DE ESTA
SEMANA DE LA FPC
Entre
comillas y cursiva, textual del archivo utilizado por Oliverio. Sin comillas, mis
comentarios.
“El
calentamiento producirá con mayor frecuencia fenómenos meteorológicos extremos
y es difícil o imposible de prever.”
No hay tal
calentamiento en los últimos 17 años y 6 meses. El aumento anterior es el esperable,
luego de que finalizara la
llamada Mini Era del Hielo (Little Ice Age) a mediados del
siglo XIX. La mayor frecuencia de fenómenos extremos es una hipótesis. Los
hechos señalan lo contrario.
“Para los
próximos 20 años el calentamiento será de 0,2 Gr. C por cada decenio”
Nadie
asevera eso. La sensibilidad climática es algo que se discute mucho. Pero no es
lineal, no progresa por cada década. Los horizontes temporales son mayores, de
varios decenios a un siglo al menos.
“El
aumento de temperatura se debe al aumento de GEI inducido por la acción del
hombre.”
Nadie afirma
eso. Quienes más insisten en la influencia humana (IPCC, la actual
administración estadounidense) afirman que la mitad de la variación se debe a
la acción antrópica, no el 100 %.
“La
magnitud de emisiones de CO2 vinculadas al uso de la tierra y las emisiones de
CH4 de distintas fuentes siguen siendo inciertas.”
Salvo
excepciones, no hay grandes discusiones sobre esto.
El cuadro
presentado sobre las emisiones globales no es el actual. El que sí es el actual
del IPCC, muy relevante y positivo para nuestras actividades primarias es el del informe AR5 WGIII SPM (Fifth Assessment Report,
Working Group III, Summary for Policymakers).
El SPM, liberado el 13 de abril de este año, confirma un
pronóstico conocido, y alentador para el agro en general, en términos
comparativos. Muestra como estima la comunidad científica y técnica la
evolución de las emisiones de gases con efecto invernadero debido a la
actividad humana. El informe, como es habitual, agrupa a las emisiones no
naturales en 1) las emisiones por la generación de electricidad y calor, 2) las
de la agricultura, 3) las que generan las viviendas, 4) las que generan todas
las formas de uso de energía no incluidas en otro apartado, 5) las de la
actividad industrial y 6) las del transporte.
En las emisiones de la agricultura se incluyen todas las
causas y todos los gases. Vale decir, entre otras, se consideran las emisiones
de CO2 derivadas de la deforestación y del consumo de la materia
orgánica de los suelos con agricultura y con pastizales pastoreados, las de N2O
por el uso de fertilizantes, y las emisiones de CH4 tanto por parte
del ganado rumiante y monogástrico como durante el manejo de efluentes.
Según este informe, comparando el 2040 con la actualidad
(son estimaciones a 2030-2050), van a duplicarse las emisiones por generación
de electricidad y calor, viviendas y transporte; las emisiones de la
agricultura van a disminuir a la mitad (ya han estado disminuyendo en los
últimos 20 años); las que generan las formas de uso de energía no incluidas en otro
apartado van a triplicarse y las de la actividad industrial van a incrementarse
2,5 veces.
Perderá ponderación la incidencia de toda la actividad
humana en la agricultura, bajando desde el 24 % al 6 ó 7 % del total. Es
razonable suponer que no habrá presiones excesivas hacia la actividad agropecuaria para que modifique su impacto en la emisión de gases.
“La
relación de mm de agua de lluvia por Tn de grano producida desde los 80´a hoy
es: Trenque Lauquen – 53% Venado
Tuerto – 34%”
No
arriesga ninguna hipótesis respecto de cuales son las causas. Antes, desde la
FPC se afirmaba erróneamente que había que atribuirlo a una mayor eficiencia
productiva, ignorando el progreso genético. Afortunadamente ya no se insiste
con ese error.
Por otro
lado, era pertinente señalar los graves problemas que estamos sufriendo en
varias regiones en las que hay muy poco consumo de agua a través de la
evapotranspiración de los cultivos, porque hay poca intensidad de uso del
suelo, con mucho monocultivo de soja, sin gramíneas anuales ni cultivos
perennes. Es el caso de Marcos Juárez, de Villa Mercedes y en cierta medida, también de sectores de
la cuenca lechera santafesina.
Las
afirmaciones sobre la disminución de emisiones de CO2 por menores labranzas son
equivocadas, metodológicamente. Un análisis por ciclo de vida, como se intenta hacer, debe tener en cuenta todas las externalidades. No se han incluido las emisiones generadas en
la síntesis química de los insumos utilizados, que han subido al mismo tiempo
que bajaron las labranzas.
Al hablar
de fertilizantes no hace ninguna mención al uso de efluentes. A nivel mundial,
la cantidad de N contenida en los efluentes es equivalente a la cantidad de N
aplicada con fertilizantes químicos. Respecto de P, K y algunos
micronutrientes, las cantidades son incluso mayores.
“Es mucho lo que se ha mejorado en nuestra Agricultura en los últimos
años y ello hay que comunicarlo. Mejoras del 50% en eficiencia del uso del agua
de lluvia y reducción de Emisiones de CO2 por Labranzas de hasta el 80% /Tn
producida, no son cifras menores en cuanto al progreso registrado y no son
muchos los Países que lo pueden mostrar hoy.”
La mayor
eficiencia en el uso del agua se debe fundamentalmente al progreso genético, en menor medida a otros bienes de capital e insumos, a otras tecnologías, y en forma marginal a un mejor manejo agronómico (sólo lo han logrado los planteos con mayor proporción de doble cultivo y mayores dosis en las fertilizaciones). Y el supuesto
ahorro en las emisiones es un dato erróneo del modo en que está presentado, porque es irrelevante cuanto se
ahorra en un aspecto, lo que importa es el balance global.
Ing. Agr. Luis Villa
@LuisVilla2805
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